La generosidad es un valor o
rasgo de la personalidad caracterizado por ayudar a los demás de un modo
honesto sin esperar obtener nada a cambio. Una persona que practica la
generosidad se la suele calificar como generosa. Procede del latín generosĭtas,
generositātis. Formada por gen- (generar, raza, estirpe, familia) y que
originariamente se utilizaba para referirse a la cualidad de una persona
hidalga, de familia noble e ilustre.
La generosidad se asocia
normalmente al altruismo, la solidaridad y la filantropía. Los conceptos
opuestos a la generosidad podrían ser la avaricia, la tacañería y el egoísmo.
Tiempo atrás, un grupo de
jóvenes, luego de hacer muchos sacrificios tanto ellos como sus padres,
lograron viajar a Europa para ir a Roma. Sus deseos era conocer la Ciudad
Eterna, además iban acompañados por un grupo de adultos que hacían actividades
con universitarios. Sin embargo, el recorrido era agotador, tenían una agenda
apretada, debían correr de aquí para allá, muchas horas en colectivo, sumado a
unas caminatas interminables.
Uno de los instructores había
asistido porque quería conocer Roma a precio módico, pero el viaje comenzó a
resultar insoportable. Cuando llegaron a Madrid (su alojamiento estaba a 45
minutos de la capital española) estaba lloviendo y el autobús no pudo pasar en
un caminito, así que todos tuvieron que bajar, porque el albergue se encontraba
algunos kilómetros cuesta arriba. Tuvieron que bajar el equipaje y cargarlo
bajo la lluvia, cuando llegaron a su destino, decidieron tomar un baño, y el
agua estaba fría. Este era el comienzo de un viaje que duraría casi 3 semanas,
y lo peor estaba aún por llegar. El instructor quedó verdaderamente agotado,
estaba exhausto y ya ni siquiera estaba disfrutando el viaje. Lo que quería era
ir a casa.
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